Un gorrión o una castora son palabras que se vienen manteniendo en Sanlúcar desde tiempos inmemoriales. Ambas denominaciones sirven para pedir la medida del vaso de vino que el cliente desea. Si vas por cualquier tasca o peña, esto es, a un “bujio” a lo largo de nuestra ciudad, difícilmente veremos a un sanluqueño tomando manzanilla en copa, lo que no quiere decir que no haya personas que lo hagan.
Quizás el Barrio Alto sea la zona dónde las tradiciones estén más arraigadas, y dónde podemos encontrar más fácilmente parte de esta cultura que tanto atrae al visitante. Los Aparceros, el Rinconcillo de Maolito Damián, la Juli, el Manicomio, el Marino, el Chato o la Beli, son lugares típicos dónde empaparse de estas vivencias. Pero además, la zona Alta de Sanlúcar te ofrece lugares para disfrutar de la gastronomía sanluqueña, de nuestro campo y de nuestro mar, cómo El Loli, Bar Parada El Gallego, el Conejo, el Comunista, Bar Antonio o Bar los Caracoles.
Durante todo el año, el sanluqueño vive en la calle, trabaja como el que más pero también saca partido de nuestros rincones. Esto permite seguir manteniendo las costumbres que hemos aprendido de nuestros padres y abuelos, ayudando de esta manera a que el visitante también pueda disfrutarlo.
Y saliendo del Barrio alto, vamos a encontrar diferentes zonas para disfrutar de la gastronomía y el vino. Sanlúcar es grande y diversa, así que es imposible empaparse de ella en un único fin de semana. Pero es visita indispensable, si vienes para pocos días, ir a la zona denominada El Barrio, y disfrutar de lugares tan emblemáticos como Peña Bética Carlos, El Pili, la Chucha, las “3 Caridad”o el Colorao . En estos lugares también juegas sobre seguro.